UPyD ante el diván: entrevista a Javier Bezares

Javier Bezares (1992, Quart de Poblet) no es un político cualquiera, es un joven ambicioso que llega decidido a cambiar España desde UPyD. Sí, la formación magenta, desaparecida del mapa de la política española, busca renacer de sus cenizas renovándose de arriba a abajo sin modificar por ello sus esencias. Nos acercamos a este soñador para que nos relate su particular aventura. Una conversación que no dejará indiferente.

En Farhampton Mag comenzamos las entrevistas políticas y tú eres uno de los primeros protagonistas, ¿nervios?

Sí, bastante nervioso, porque es la primera entrevista de este estilo que me han hecho nunca. Y cuando alguien se enfrenta a algo nuevo y desconocido siempre está nervioso. Pero seguro irá bien…

¿Has tenido otras entrevistas con anterioridad? ¿Qué tal la experiencia?

Sí que he tenido, y la verdad es que muy positivas todas. También es cierto que ninguna se parecía a este formato de entrevistas. Eran más bien las típicas preguntas encorsetadas que soléis hacer en general los periodistas. Pero por lo demás bien, siempre me han tratado con amabilidad y estoy muy contento con todas ellas.

Por aquí dicen que somos de fiar…

Yo me fío de todos los medios de comunicación. Algunos me convencerán y otros posiblemente no. Pero en principio yo parto de que todos nos cuentan la verdad.

“La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema”, decía Woody Allen, ¿cuándo estalla en ti la pulsión por estar en este mundo?

Puedo decir que empecé en este mundo en bachillerato, cuando nuestro profesor de filosofía nos hacía llevar cada semana un recorte de prensa con temas de actualidad que pudieran generar debate dentro del aula. Allí comencé interesarme por la política activa y bueno, gracias a ello fui conociendo UPyD ya que escuchaba intervenciones de Rosa Díez en el Congreso de los Diputados y me gustaba el mensaje y cómo lo transmitían los magentas. Poco a poco comencé a interesarme con intensidad por el partido y aquí estoy, contestándote como político.

Corrupción, intereses, conflicto en la escala de valores, ¿es tan literaria la política como nos cuentan?

Evidentemente las guerras existen en todos los partidos políticos. Hay una inmensa mayoría de personas que se afilian por verdadera vocación y por cambiar las cosas. Luego claro también hay personas que se apuntan directamente para ocupar posiciones de poder. Gente que cuando entra, por ejemplo a nuestro partido, pide un cargo concreto nada más acceder y, si no lo recibe, se van a otros partidos como ya ha ocurrido y podemos observar. No creen en la Democracia interna vamos.

Eres muy joven, el que más en una dirección de un partido, ¿da vértigo no?

Da un poco de vértigo sí, pero cuando lo haces con ganas e ilusión todo se supera de verdad. Hemos podido ver como han hecho los mayores las cosas hasta ahora, así que, sinceramente, no creo que sea un problema el hecho de ser más joven.

Se te ve ilusionado. Esperemos no se desvanezca tu apasionada fe en la res-publicam…

Eso te lo aseguro, la ilusión se mantiene intacta. Y si ya llevo tantos años luchando contra la marea imperante, nada va a poner freno a esta ilusión que tengo. Nada ni nadie me la podrá quitar.

Vienes con ganas. Un valiente. Ahora toca ese momento tan tópico en el que te vendes, ¿qué puedes aportar a la política actual? ¿Qué ideas atesoras?

Puedo aportar una manera diferente de hacer política, lo que se traduce en buena política realmente. Y es que quiero abanderar la lucha del colectivo LGTB por sus derechos, hoy todavía insuficientes, la igualdad de todas las personas, independientemente de su raza o sexo, y también una defensa de una educación pública laica. Además me importa mucho eliminar las instituciones que no sirven, como las diputaciones y el Senado, aparcamiento de políticos como Rita Barberá, hoy aforada. En definitiva, intentar ser un soplo de aire fresco en la política española desde mi posición.

vía postimg.org
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Ambición no te falta, ¿te ves liderando el partido en un futuro?

Bueno, de momento estoy centrado, junto con el resto de compañeros del consejo de dirección, en preparar el congreso ordinario del mes de enero para renovar profundamente el partido. A partir de ese momento yo estaré donde los afiliados de mi partido quieran, y recibiré por ende el cargo o responsabilidad emanada del proceso de primarias. Por soñar, me gustaría ser diputado o portavoz del grupo parlamentario de UPyD, dos lugares, ambos de gran responsabilidad, donde creo estaría muy a gusto.

Entremos en harina. UPyD fue fundado, entre otros, por Rosa Díez, exintegrante del PSOE ¿revanchismo o apuesta decidida por la política?

Apuesta política sin duda. Ella quiso abandonar el PSOE porque no estaba de acuerdo con el rumbo que estaba tomando el partido en ciertos aspectos relevantes, como la lucha contra el terrorismo. Años después, tras su salida, los militantes de UPyD decidieron que fuera ella la portavoz nacional del partido. Y así continuó hasta que abandonó la dirección.

Obviando el fenómeno Díez, lo cierto es que UPyD apostó en su día por conquistar el tablero político, ¿cuál fue el detonante ideológico?

El principal objetivo de UPyD era principalmente acabar con el bipartidismo y regenerar la Democracia. Pero lamentablemente no lo hemos conseguido por lo que estamos viendo en nuestro país. Han aparecido partidos nuevos que se comportan igual o, si cabe, incluso peor que los viejos. Por lo que vemos en la actualidad seguimos haciendo falta como formación y tenemos muchas esperanzas de poder relanzar cuanto antes UPyD.

Con el tiempo hemos visto como el partido ha entrado en una batalla campal por el liderazgo. Díez, Lozano, Herzog…ahora Maneiro, han sido muchos los nombres, ¿divergencias o debate de ideas?

La democracia interna es lo que tiene. Cada cual tiene una visión propia del proyecto y unas propuestas concretas para el futuro que plantea de forma libre. Teniendo esto en cuenta, los que dan el paso se presentan al congreso y los afiliados votan lo que más les interesa. Eso es lo que ha ocurrido todo este tiempo atrás.

Pero eso os ha afectado, hasta el punto de que habéis sido excluidos, ya no solo del Congreso, sino también del Parlamento vasco ¿qué falla en UPyD? ¿Los principios o las personas?

Ya bueno, en UPyD se cometieron muchos errores, algunos de ellos internos, como pueda ser la falta de una política firme de marketing. Cierto es que dedicábamos todo el tiempo en trabajar en el Congreso de los Diputados, de hecho la propia Rosa Díez fue durante mucho tiempo la diputada que más propuestas realizaba, pero luego no sabíamos vender nada de lo que estábamos haciendo. Y así es imposible. Hay que decir además que en los últimos años el discurso se centró en torno a la corrupción, dejando quizá al margen las demás ideas que teníamos. Y es que contamos con un amplio abanico de propuestas muy buenas, muchas de ellas asumidas como naturales por algunos hoy en día, pero que en un principio eran inexistentes. Fuimos nosotros los que abrimos el melón de las propuestas renovadoras. Por tanto, los problemas fueron esos, y también ataques externos que vinieron después y hemos sido incapaces de evitar.

Ahora parece comenzáis una reconstrucción, como así rezaba vuestra simbología de obras recientemente, ¿hacia dónde se dirige el partido? ¿Hay posibilidades de volver en serio?

En este momento nos dirigimos hacia un proceso muy emocionante y vibrante. Vamos por fin a debatir en serio sobre qué partido queremos ser en el futuro. Creo que hay que ampliar la base de afiliados, renovar el discurso sin abandonar nuestros discursos y luego centrarnos en cuestiones más superficiales como la simbología y la imagen de marca de nuestro proyecto. Queremos ser un partido más amable y simpático de cara a ilusionar de nuevo a la gente, a la que podemos y debemos reconquistar. En los últimos años estamos viendo a otros partidos perder paulatinamente apoyos, quedando el espacio progresista totalmente huérfano. Y es lo que queremos recuperar y defender.

Fijémonos ahora en España. El desempleo y la corrupción son algunos de los temas que más preocupan a la gente ¿qué hacer?

Pues lo que podemos hacer es votar al único partido que de verdad ha luchado contra la corrupción. Es decir UPyD. No a todos los partidos actuales les preocupa la corrupción de igual manera y nosotros, que nos hemos gastado miles y miles de euros en combatirla durante años, hemos perdido la representación. Esto es así.  De igual forma queremos acabar con todo tipo de privilegios, lograr una transparencia real y, como ya he dicho, acabar con instituciones caras y carentes de sentido. Invito a todos los partidos a sacar un 10 en Transparencia Internacional como hicimos nosotros. Si lo consiguen, todo irá bien.

Las buenas intenciones siempre suenan bien pero, ¿qué hay más allá? ¿El compromiso firme con la verdad no es un valor?

A ver, las buenas intenciones son eso, palabras. Si tú te presentas a unas elecciones con tu programa, tu buena fe y tu buena voluntad es maravilloso. Pero luego hay que trabajar día a día, sentarse en serio y debatir las distintas propuestas. Eso es lo que en mi opinión no se está haciendo en este momento en España. Parece, así de claro, un patio de colegio.

vía elperiodicodeaqui.com
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Otros temas que trastornan nuestra rutina son el desgobierno y la situación en Cataluña, ¿hay salida a sendos conflictos? ¿Somos quizá un eslabón perdido?

Claro que hay solución para estos conflictos. Lo que hay que hacer es escuchar, ver que les preocupa a los ciudadanos, en este caso los catalanes, nunca darles la espalda. Sobre los que se están saltando todas las leyes, se les debe aplicar unas buenas dosis de constitución. Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de catalanes se sienten españoles según dicen las encuestas de la propia Generalitat, pero habrá que reflexionar sobre por qué no se sienten identificados con el Estado los independentistas. Lo que no implica darles más privilegios. En absoluto.

Ais… ¡me duele España!, que diría Unamuno…

Hay que hacer políticas de integración como país. Escuchar. Reflexionar. Ahí reside la clave.

Y Europa no pinta mejor, se suceden las reuniones comunitarias y no encontramos solución, ¿qué pasa con los refugiados? ¿Y la ultraderecha populista? ¿Hemos perdido el oremus?

El drama de los refugiados es terrible. Lo primero que hay que exigir a la Unión Europea es que respete los derechos humanos. Los refugiados son humanos que están huyendo de su país y quieren iniciar una nueva vida en otro país. No se vienen por gusto. Nadie abandona su casa por gusto, sino porque tu país está en guerra. Si te quedas te matan, es crudo pero eso hay que tenerlo muy claro. Los países deben comprometerse, incluido por supuesto España, a acoger a todos los refugiados que dijeron en un principio. Es lo mínimo.

UPyD siempre ha llevado por bandera el europeísmo, ¿cómo reiniciar el proyecto europeo? 

Tanto los nacionalismos como la ultraderecha, ponen en riesgo la Unión Europea. Lo que hay que hacer para solucionarlo es garantizar una unión política, fiscal, económica y bancaria. En resumidas cuentas, una unión que garantice la Democracia, la transparencia y la rendición de cuentas de todos los países componentes, incluyéndose a su vez el respeto por los derechos humanos en cada uno de los 27 estados miembros.

Para terminar esta conversación entre iguales vayamos a la yugular, ¿qué hará UPyD si entra de nuevo al parlamento en unas hipotéticas elecciones?

Lo primero sacarles las vergüenzas a sus señorías, que ya basta de mantener el circo al que nos tienen acostumbrados en los últimos meses. Una de las primeras propuestas sería una reforma de la constitución que dé igualdad real a todos nosotros. Esta enmienda a la carta magna se basará en tres pilares: cierre del modelo territorial tal y como lo conocemos, eliminando diputaciones y Senado como ya apunté antes, una verdadera división de poderes, siendo la justicia para los jueces y no para los políticos como ahora, y el respeto sin paliativos a los derechos y libertades de todos los españoles.

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